Carta de la maestra Patricia del Pozo Garrido.

El verano del 2001 fue decisivo para la puesta en marcha de un proyecto educativo-social del Ayuntamiento de Santillana del Mar. El alcalde, Isidoro Rábago León, la concejala de Educación y Bienestar Social, Mar González García, y la directora de la Agencia de Desarrollo Local, Chabela Gómez Barreda, fueron los impulsores de esta aventura preciosa e ilusionante.

El principal objetivo en aquel momento fue dar asistencia a los peques del municipio cuyas familias se incorporaban a trabajar en la hostelería, y lo que se buscaba era facilitar mediante horarios flexibles la conciliación de la vida familiar y laboral.

Y así arrancó este proyecto en el verano de 2001.

Desde los inicios, la maestra responsable contó con personal de apoyo y elaboró un programa específico que se desarrollaría siempre desde el juego, es decir con la premisa de aprender jugando. Ya que de esta manera se percibió que se favorecía el desarrollo de las capacidades de cada niño a nivel individual y en grupo.

Con la ayuda de auxiliares, esta labor educativa se desarrollaría ofreciendo servicios asistenciales atendiendo siempre las necesidades de cada familia.

En algunos casos concretos incluso se ofreció ayuda desde el Departamento de Bienestar Social Municipal para ayudar a algunas familias en situaciones particulares como bajos ingresos económicos o con problemas intrafamiliares.

De esta forma, para que los progenitores pudieran acudir a sus trabajos se creó un ambiente cercano, familiar, con trato directo y comunicación personalizada maestra-padres de manera que siempre se estableció un clima de confianza y seguridad.

Los servicios que se ofrecían en la guardería permitían a cada familia dejar a sus peques según sus necesidades, de tal manera que algunos peques asistían unas horas, otros quedaban a comer y dormir e, incluso, según la demanda, también a merendar.

En un principio, estos servicios se desarrollaron durante los meses de julio y agosto de 2001, pero las familias quedaron tan contentas que solicitaron al Ayuntamiento continuar durante el resto del año, y por fin había nacido la Guardería Municipal de Santillana del Mar.

Por tanto, se podría decir que este centro se creó respondiendo a la demanda de las familias, pero no solo del municipio, sino de otros municipios vecinos, y así comenzó esta andadura educativa que, por cierto, también admitía a peques con situaciones familiares diferentes e incluso complejas en algunos casos.

Poco a poco se fue dotando al espacio del material y el mobiliario necesarios para ofrecer los servicios en las mejores condiciones. Y con el paso de los años, la guardería fue creciendo, pasando por nuestras manos generaciones de peques.

Inicialmente estuvimos en unos módulos, situados en los jardines próximos al Colegio Público Santa Juliana y después nos instalamos en el Edificio de las Antiguas Escuelas de Viveda, gracias a la gestión de nuestro alcalde pedáneo en ese momento, Jaime Herrero Cuesta, y apoyado por el alcalde Isidoro Rábago León.

Para adaptarse a las necesidades, se tuvo que realizar una importantísima inversión en el edificio para crear un parque infantil, así como para dotar a este espacio de material y mobiliario.

Han pasado por nuestras manos tantos y tantos peques que hoy en día son adolescentes y jóvenes, incluso algunos de ellos son universitarios cursando estudios de Magisterio en la especialidad de Educación Infantil, lo cual me hace sentir muy orgullosa, pues agradezco de corazón que la huella que haya podido dejarles sirva para que quieran convertirse en buenos docentes y en buenos educadores para el futuro, teniendo en cuenta como ejemplo sus propias vivencias en la guarde, en la que dieron sus primeros pasos, aprendieron sus primeras palabras pero, sobre todo, donde aprendieron valores tan importantes como el afecto, el compañerismo, el orden, la generosidad o la tolerancia. Cualidades tan importantes para vivir en sociedad.

Pero no solo nuestros peques, también, algunas de las personas que han formado parte del personal de apoyo han querido completar su formación académica con estudios relacionados con la Educación Infantil, y eso me produce una gran satisfacción.

Posteriormente, otras personas ocuparon la concejalía de Educación, como Inmaculada Aizpeolea y Pilar Alcorta Cayón, que estuvieron ahí en otra etapa consistorial con el alcalde Ángel Rodríguez Uzquiza. Todos ellos continuaron dotando a la guardería de las medias necesarias para continuar desarrollando la labor educativa.

Durante la sensible etapa de la pandemia, el apoyo desde el Ayuntamiento fue decisivo para que la guardería continuase con las puertas abiertas.

Con la dedicación y esfuerzo del equipo se consiguió matrícula completa durante los 2 años que duró esta trágica situación sanitaria.

Así, se ampliaron los horarios y se intensificaron las labores de desinfección para cumplir con los nuevos protocolos. Desde aquí quiero trasladar todo mi agradecimiento a las familias que confiaron a sus peques en nuestras manos.

Seguimos caminando y avanzando, y ya estamos en 2024, por lo que acabamos de cumplir 23 años con una nueva concejala de Educación, Sara Izquierdo Real, que además está muy comprometida e implicada en muestra labor educativa. Ella, en representación del Ayuntamiento de Santillana, apuesta al igual que nosotras por una labor docente de calidad y con rigor, que da prestigio a nuestra humilde guardería.

Una guardería que empezó a dar sus primeros pasos de forma firme e ilusionante y que 23 años después sigue mejorando día a día para continuar siendo clave en el aprendizaje de tantos niños que comienzan a caminar y a hablar con nosotras o que empiezan a descubrir el mundo sensorial, motor, emocional a nuestro lado.

Pero sobre todo el mundo emocional, pues aún seguimos poniendo al alcance de los peques todos los recursos para que desarrollen sus capacidades cognitivas y motrices y, aún más, sus capacidades emocionales. Todavía hoy, en 2024, y hablo por mí, esto sigue siendo una prioridad como educadora y como docente.

Mi primer objetivo, que también sirve de referente al resto, es que cada peque se sienta seguro, querido, valorado y feliz.

Asimismo, la Guardería Municipal sigue adaptándose a los horarios y demandas de cada familia, proporcionado horarios flexibles en la medida de lo posible y ofreciendo servicios adecuados y de calidad.

La matrícula sigue siendo gratuita y permanece abierta durante todo el año, y la edad de admisión es de 7 u 8 meses, hasta los 2 años, con un corto periodo de adaptación y las cuotas siguen siendo asequibles para facilitar a las familias que puedan matricular a sus hijos, ya que el objetivo del Ayuntamiento siempre ha sido y será ofrecer un servicio educativo asistencial sin ninguna pretensión lucrativa.

Por ello seguimos adelante, con la misma entrega, ilusión, dedicación, esfuerzo y vocación que aquel primer día de julio de 2001, es decir, trabajando para que nuestros peques vivan felices la etapa más bonita y decisiva de la vida: la infancia.